Paisajes del oeste irlandés

Glengesh Pass

Paisaje del condado de Donegal

Acantilados de Moher

Castillo de Dunguaire

Connemara National Park

Hace algún tiempo estuve en Irlanda, en busca de los paisajes evocadores que todos conocemos y que siempre me han impresionado. El oeste irlandés recuerda en muchos aspectos a las Highlands escocesas, que también he tenido la suerte de visitar. Su clima, sus cosas agrestes y sus paisajes desolados, azotados por el viento y la lluvia todo el año, salpicados por lagos y flanqueados por montañas no especialmente altas pero espectaculares.

Sin embargo, algo en ellos decepciona. Uno busca lo auténtico en esa "Irlanda salvaje" que se ha convertido en un montaje para turistas. No queda mucho de la vieja Irlanda, sus antigua arquitectura rural ya es casi un recuerdo, su lengua milenaria no se escucha por ningún lado, sus paisajes más emblemáticos están atiborrados de gente ávida de fotos y recuerdos express. El turismo de masas lo ha cambiado todo. Salvo en lugares muy concretos, había que hacer verdades malabarismos para conseguir una foto donde solo el paisaje fuera el protagonista. Decepciona toparse con un atasco en toda regla a la salida de Galway, quedar impresionado con el gentío que se agolpa por millares en los acantilados de Moher, andar como un borrego por los alrededores de la abadía de Kylemore, rodeado de un gentío que agrede con sus ruidos y su presencia masiva a un paisaje bellísimo que pide a gritos que le dejen en paz y en silencio, pelearse por encontrar un hueco en la Calzada de los Gigantes o desquiciarse intentando obtener una instantánea en la Abadía de Clonmacnoise en la no aparezca nadie. En esos momentos sientes que formas parte de una marea humana que parece viajar por inercia, de forma autómata.

Sin embargo, no todo es así. Todavía quedan lugares muy tranquilos y poco visitados. Fuera de la Calzada de los Gigantes, la costa norirlandesa es un lugar muy bello y poco transitado, mientras que los impresionantes paisajes del condado de Donegal tienen un turismo contenido, poco agresivo y escaso, que te permite disfrutar del paisaje irlandés más auténtico. Dejo aquí algunas de las fotografía que hice en ese viaje. Aunque en algunas de ellas fue muy difícil captar el paisaje sin la marea de turistas, en otras estábamos completamente solos. En todo caso, todas ellas me recuerdan la belleza de aquellos paisajes que hoy, en pleno confinamiento y paralísis turística, habrán recuperado por algún tiempo el sosiego y la calma que los acompañó durante siglos.