Despierta la primavera en la Sierra de Gata


Cantueso y retama en flor en las cercanías de Hoyos

Río San Blas a punto de desembocar en la Rivera de Gata

Camino entre robles en las cercanías de Gata

A veces la primavera se retrasa, la naturaleza se vuelve remolona y se niega a abandonar su estado de hibernación, se siente cómoda adormecida y cubierta de mantas para protegerse de un frío que no quiere irse. 
Este año de 2018 la primavera ha tardado en explosionar, marzo y abril han sido más fríos y lluviosos de lo habitual. Hemos tenido que esperar para disfrutar el espectáculo que nos trae, pero ha merecido la pena. Las lluvias caídas han hecho de los paisajes sierragatinos verdaderas joyas, hacía años que el monte no estaba tan verde, orgulloso de mostrar sus mejores galas. Hasta el otoño ha sentido envidia de esta primavera tan esplendorosa.

Río Árrago entre Descargamaría y Cadalso

Primavera en Robledillo de Gata

Renace el bosque de ribera en el Árrago, cerca de Robledillo

Los castaños todavía están empezando en cotas bajas y están desnudos en altitudes medias, pero los robles van más avanzados, los alcornoques aparecen rejuvenecidos y el monte bajo cubre con sus flores las laderas de montañas y colinas.  Y que decir del bosque de ribera, fresnos, alisos y chopos están ya en plenitud en las zonas bajas y medias, mientras que en los cursos altos del Árrago, la Rivera de Gata o el Erjas necesitan todavía unas semanas. Este es el mejor momento de la primavera, luego vendrá el calor intenso y la estación perderá su ímpetu inicial y se irá marchitando poco a poco. Para mí, estas dos o tres semanas son de las más bonitas en las montañas sierragatinas, sin duda. 


Charca de la dehesa de Cilleros

Roble en la dehesa de Cilleros

Explosión de la primavera en la dehesa de robles junto a Hernán Pérez

Camino entre Villamiel y Cilleros

Primavera en Trevejo

Caminando entre Trevejo y Villamiel

Restos de flores todavía en los cerezos cercanos a Gata

El castañar despierta en las cercanías de Gata

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